Comentario
La actividad de Gaudí en tierras de León se corresponde con su primera etapa que abarca desde 1878 hasta 1900 destacando este período por el esfuerzo en superar los estilos neoclásicos para llegar a identificarse en una plástica y unas formas propias consiguiendo posteriormente retornar al edificio racional, anticipándose a algunas propuestas del Art Nouveau. Se produce una dialéctica que le permite seleccionar los elementos procedentes de la tradición y a su vez, abrir nuevas vías en el arte y la técnica de la construcción.
Los dos edificios de Gaudí en la provincia de León son el Palacio Episcopal de Astorga (1887-1893) y la Casa Botines (1892-1893) y están estrechamente relacionados en lo histórico y en lo conceptual. Ambas construcciones ayudan a encontrar o definir un Gaudí que, siguiendo el espíritu de la época, cuestiona los historicismos buscando un concepto moderno de la arquitectura que unifique lo utilitario, lo constructivo y lo artístico. Ambas obras comparten también el carácter monumental, la insinuación gótica y una excelente integración en su entorno.
Fuera de la capital catalana, Gaudí trabajó en interesantes proyectos entre los que vamos a destacar la construcción de las Bodegas Güell del Garraf, entre 1895 y 1897 -un nuevo encargo de Eusebio Güell en una finca de 825 hectáreas, ubicada en el termino municipal de Sitges; se trata de un edificio placado de piedra autóctona sobre aparejo de ladrillo, con muro en talud y cubierta a dos aguas, muy bien integrado en el paisaje- y las obras de restauración de la Seu de Palma de Mallorca, trabajos realizados entre 1903 y 1914 por encargo del obispo de Palma de Mallorca, Pere Campins i Barceló, hombre muy preocupado por la liturgia que quiso introducir algunas reformas en la catedral, para adecuarla mejor a los nuevos requerimientos litúrgicos.